Asparragus meyeri
Estamos ante una planta que a veces se la confunde con un helecho y que se utiliza mucho en arreglos florales. Resulta muy decorativa por la forma de cono que presenta su hoja, quedando ideal en macetas colgantes.
El Asparragus meyeri, si lo queremos mantener al exterior deberemos procurarle protección al sol directo, de esa manera estará fenomenal. En el interior deberemos proveerle de una buena iluminación. Igual al interior como al exterior es preferible plantar esta especie en solitario, ya que si lo hacemos con otras plantas en un mismo recipiente la esparraguera invadirá todo el espacio.
El Asparragus meyeri es una vivaz herbácea trepadora cuyas raíces son tuberosas. Sus cladodios, es decir sus tallos modificados con aspecto de hoja, son finos y agrupados, lo que hace que luzca como un tul vegetal.
Esta planta es nativa de África del Sur y de forma coloquial se la conoce como cola de zorro y asparreguera o esparreguera. Su nombre científico es Asparagus densiflorus cv. Myersii y pertenece a la familia Asparagaceae.
Es una planta bastante resistente y de cuidados sencillos ya que su hábitat natural es muy salvaje. Como explicábamos carece de hojas, en su lugar presenta cladodios finos como hilos, de color verde brillante que conforme van creciendo caen por su propio peso, lo que le da al estar en maceta un aspecto muy elegante de planta colgante. Crece bastante rápido y en verano se produce la floración; esta consiste en unas pequeñísimas flores blancas que dan lugar a pequeñas bayas negras no comestibles.
Cuidados del Asparagus meyeri
Al exterior debemos exponer el Asparragus meyeri fuera de la luz directa del sol, la semisombra es ideal. En el interior debe estar muy bien iluminado. En climas suaves puede permanecer perfectamente. Si existiera peligro de heladas sí que la protegeremos.
Prefiere un suelo rico en humus, fresco y bien drenado. A la hora de su trasplante que se realizará en primavera podemos utilizar un sustrato para plantas de interior y aprovecharemos para hacer división de matas si se desea.
Es una planta a la que le gusta la humedad, así que la regaremos de forma regular para tenerla perfecta. En verano procuraremos que el sustrato esté siempre húmedo. Le encanta que la pulvericen. En invierno sí que reduciremos el riego.
Para que tenga un buen crecimiento y floración debemos abonarla en primavera, con un abono líquido para plantas verdes cada 15 días.
En este tipo de plantas no se recomienda la poda, pero sí debemos retirar las hojas estropeadas. Un buen momento para hacerlo es en el momento del trasplante.
Su multiplicación es por semilla y por división de mata. Recordemos que es una planta de crecimiento rápido y que conforme va creciendo, también lo hacen sus raíces, por eso es conveniente cada año renovar la planta cuando la tenemos en maceta.
Es una planta muy resistente por lo que respecto a enfermedades si realizamos unas buenas prácticas no tendremos problemas. Y en cuanto a plagas, aunque poco habitual, puede aparecer alguna cochinilla algodonosa y el pulgón. Si pulverizamos la planta con agua, que le gusta mucho, mantendremos además la araña roja a raya. Si tiene falta de humedad o luz, los tallos se tornarán marrones y comenzarán a perder cladodios.
El Asparragus meyeri, al ser una planta perenne nos dará ese color verde brillante durante todo el año.