Passiflora caerulea, Flor de la pasión
Passiflora es el género más importante de la familia Passifloraceae (Pasifloráceas), con unas 360 especies aceptadas. Tiene su origen en Brasil y Perú y vulgarmente se la conoce como Flor de la Pasión, Pasionaria, Pasionaria azul… Estamos ante un arbusto trepador sarmentoso de crecimiento muy rápido que trepa por medio de unos zarcillos simples que nacen de las hojas y que van formando masas enmarañadas.
Las hojas de la Passiflora caerulea son alternas, persistentes, pecioladas, con el limbo profundamente dividido en cinco lóbulos oblongos y casi enteros. Su floración aparece de verano a otoño con unas flores de un color que va desde el azul celeste al púrpura claro. Estas son aromáticas y producen unos frutos ovalados de color naranja, que aunque son comestibles son insípidos. Es de la Passiflora edulis de la que se extrae la bebida refrescante «maracuyá».
Necesita de una buena iluminación, a pleno sol estará ideal. Si la tenemos en el interior el lugar debe estar muy bien iluminado y fresco, en invierno no le conviene la calefacción. Aunque conviene protegerlas del frío cuando son jóvenes, resiste temperaturas en lugares resguardados de -5 a -10ºC, rebrotando en caso de daño.
Requiere de suelos húmedos, fértiles. Se la abonará moderadamente si no se quiere un crecimiento excesivo con poca floración. En cuanto al riego en época de crecimiento y floración debe ser frecuente y abundante. En invierno el riego será menos intenso, no regándola nunca en días muy fríos o con heladas.
La Passiflora caerulea es ideal para cubrir vallas, pérgolas, barandillas, verjas y arcos, o para que trepe junto a los muros mediante un soporte, al que se sujeta mediante zarcillos al principio, después ella sola irá escalando.
En cuanto a la poda, solamente se eliminarán los tallos que hayan dado flor hasta dos o tres yemas después de la floración. Una poda drástica producirá un crecimiento vegetativo fuerte, pero reducirá la floración durante uno o dos años en ejemplares viejos.
Si hay alguna plaga que pueda hacer su aparición en la Passiflora caerulea serían los pulgones, los ácaros y las cochinillas, aunque con tratamientos preventivos lo evitaremos. Consultar en el Departamento de Sanidad Vegetal del Centro Comercial y de Jardinería Albogarden en Valencia. El encharcamiento de las raíces o la falta de nutrientes amarillearán las hojas.
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