Kalanchoe tomentosa
En una anterior ocasión hablábamos de la colección de Kalanchoes que tenemos a disposición de nuestros clientes. En este post tratamos la especie Kalanchoe tomentosa, planta perteneciente a la familia Crassulaceae, una especie fanerógama originaria de Madagascar.
El Kalanchoe tomentosa, destaca especialmente por el aspecto de su follaje más que por sus pequeñas y discretas flores. Sus hojas son gruesas, oblongo-lanceoladas, de haz cóncavo y algo aquilladas en el envés, destacando que la zona apical está cubierta de manchas de color marrón oscuro, que coinciden con el grueso dentado de los márgenes.
De crecimiento lento, si la plantamos en maceteros, no hará falta que se trasplante cada año, bastará hacerlo cada dos o tres. Para ello le recomendamos nuestro sustrato especial para cactus y la elección, dentro de nuestro amplio catálogo de macetas y jardineras, de aquella que mejor armonice estéticamente el conjunto.
Estamos ante una de esas plantas de gran interés por su doble uso ornamental. Primero puede ser disfrutada como planta de interior y pasados unos meses terminar siendo plantada en el jardín o en un macetero en la terraza/balcón como planta de exterior.
El Kalanchoe tomentosa está recomendada en jardinería como planta para jardines rocosos y de bajo mantenimiento, así como planta de interior siendo perfecta para habitaciones de interior muy luminosas.
Es una planta muy rústica pero que no soporta bien los fríos invernales, pudiendo sufrir daños por debajo de los 10ºC. sobre todo por la caída de sus hojas. Por ello le recomendamos protegerla durante las noches frías del invierno.
Adaptada a ambientes semiáridos y exposición a pleno sol, le viene bien ambientes algo frescos. Como planta de interior la ubicaremos en los lugares más soleados de la casa y controlaremos los riegos siendo muy leves durante el invierno. No debemos ponerle un plato en la base de la maceta. Si lo hacemos para proteger un mueble por ejemplo, evitaremos que se acumule agua en él ya que provocaríamos la pudrición de sus raíces.
La abonaremos con fertilizantes no muy ricos en nitrógeno y sí en potasa para favorecer un crecimiento robusto. Un abono especial para cactáceas es una de las mejores opciones.
En cuanto a plagas, la cochinilla algodonosa puede ser un posible riesgo. En cuanto se detecte su ataque debemos tratarla con un insecticida sistémico ya que su cobertura algodonosa dificulta la eficacia del insecticida.
En el jardín, la ubicaremos en rocallas o zonas áridas de bajo mantenimiento, siempre a pleno sol o con sombra muy ligera a las horas de mayor insolación.
Si la zona de plantación elegida es arcillosa, deberemos mejorarla aportando arena de río o de sílice para aligerarla y favorecer su permeabilidad.
Los riegos deben realizarse con moderación ya que su exceso es el problema más común y que suele derivar en el deterioro de la planta.
Y en cuanto a enfermedades, mantener la planta seca, bien nutrida sin exceso y con una humedad moderada en la tierra, son factores que evitarán cualquier tipo de podredumbre indeseada.
» Si desea más información sobre el Kalanchoe tomentosa, no dude el dirigirse al personal especializado de su Centro Comercial de Jardinería en Valencia Albogarden.