Abonado y fertilización de Bonsais
La nutrición es esencial para el desarrollo de los bonsais.
Cualquiera que sea la especie cultivada, el aporte de fertilizantes y abonos es fundamental, pues al cabo de cierto tiempo el agotamiento de las reservas existentes en el sustrato resulta inevitable.
Cuando nos referimos a los nutrientes del sustrato, aludimos a los componentes minerales y orgánicos que contiene, que son aprovechados y absorbidos por las raíces de la planta. Se trata del conjunto de elementos proporcionados por la tierra y los restos de materia viva depositada en la superficie, que juntos hacen posible que las especies vegetales se desarrollen y prosperen.
Las plantas ornamentales cultivadas en maceta, se mantienen de una temporada a otra con la simple sustitución del compost en que están incluidas las raíces. Sin embargo, en el caso concreto de los bonsai no es suficiente. La delgada capa de tierra que puede soportar la maceta y los requerimientos del ejemplar, obligan al cultivador a sustituir una vez más a la Naturaleza y mantener el ciclo de la vida, restableciendo en el suelo los nutrientes que se han agotado.
Debido a las escasas dimensiones del suelo de cultivo, es fundamental mantener una labor periódica de abonado.
El proceso debe ser progresivo, y acorde con el crecimiento de la planta, que demandará de forma periódica la incorporación de abono, ya sea en forma líquida o sólida, intentando conseguir un equilibrio constante. El crecimiento del bonsai ha de ser siempre lento, por lo que incorporar cantidades excesivas como reducidas de abono, perjudicarán al diminuto árbol.
Por tal motivo, es muy importante, conocer las necesidades de cada especie, así como las cualidades del abono o el fertilizante que vayamos a emplear. Aunque se puede usar cualquier abono comercial para plantas, es mejor utilizar los fabricados para tal fin, los fertilizantes especiales para bonsai, con el que siguiendo las instrucciones del fabricante no correremos riesgo alguno.
Las especies de flor y fruto como puede ser el manzano (Malus sp.) precisan de mayores cantidades de abono que el resto.
Hay dos sistemas a la hora de incorporar nutrientes a nuestros bonsais. El sistema que dicen más cómodo es el empleo de fertilizantes de larga duración, que irán disolviéndose y proporcionando nutrientes de forma continua pero contenida. Suelen comercializarse en forma de barritas, granulados y comprimidos sólidos. Su utilización se realiza en dos estaciones muy concretas, la primavera y el otoño, en las cantidades aconsejadas por el fabricante, tomando siempre en consideración el ejemplar cultivado y las dimensiones de la maceta.
En primavera surge la vida en forma de nuevas hojas y brotes; es en ese preciso momento cuando debemos de incorporar la primera dosis, repitiéndola al cabo de unos cuarenta y cinco o sesenta días. En otoño el desarrollo comienza a pararse hasta que finalmente la planta se prepara para soportar el período desfavorable del invierno. En este caso sólo incorporaremos abono al principio de la estación, cuando los bonsai empiezan a cambiar el tono de sus hojas, teniendo presente que aunque las perennes no lo hacen, sufren las mismas condiciones climáticas.
El otro método de fertilización es el líquido, y consiste en diluir abonos o fertilizantes líquidos en el agua de riego. Su acción es más directa y supone un refuerzo en las épocas de mayor desarrollo de algunas especies, en las cuales la aparición de flores y frutos provoca una demanda superior de nutrientes.
Si no incorporamos nutrientes a nuestros bonsais, se producirán deformaciones, atrofias y debilidad, situaciones que no queremos para nuestros arbolitos y que son muy fáciles de solventar con este aporte.
Debemos saber que salvo que sea absolutamente imprescindible, es muy importante que en la época de verano no se incorpore abono, pues el aportado en primavera, tiene la finalidad de surtir nutrientes también durante esta estación. Anteriormente comentamos que el exceso de fertilizantes resulta ser innecesario y es perjudicial, a causa de que las raíces sufren quemaduras irreversibles.
También evitaremos la fertilización en los bonsai en los dos meses sucesivos al trasplante o cuando el bonsai ha pasado por alguna situación delicada ya que en ambas circunstancias el ejemplar está especialmente sensible y nos arriesgamos a perderlo. En cualquier caso, siempre es preferible no llegar al mínimo antes que sobrepasarlo.
En nuestro centro tenemos todo lo que se necesita para el cuidado de los bonsái. Pregúntenos, estamos a su disposición.