Ese grupo de plantas que alegran con sus vistosas flores año tras año nuestros jardines durante unos cuantos meses, plantándolas nuevas año tras año, son lo que llamamos plantas de temporada, técnicamente plantas anuales y bianuales.
• Plantas anuales
A las plantas anuales comúnmente se las conoce como plantas de temporada. Son plantas herbáceas que solamente viven unos cuantos meses, cuando su floración pasa o llega el frío su ciclo ha finalizado. En nuestro clima mediterráneo donde no hay prácticamente heladas pueden sobrevivir al invierno y florecer el año siguiente, aunque no será de manera tan espectacular por su degeneración.
Ejemplos de plantas anuales son: Ageratum, Amaranthus, Antirrhinum, Caléndula, Celosía, Cosmos, Clarkia, Alhelí, Callistephus chinensis, Clarkia, Cineraria hybrida, Digitalis purpurea, Girasol, Impatiens walleriana, Lobelia, Petunia, Salvia splendens, Tagetes, Zinias, etc.
• Plantas bianuales
Se llaman plantas bianuales no porque vivan dos años, si no porque se desarrollan en dos años distintos. Es decir, que si se siembran en verano u otoño de un año determinado, florecen en la primavera del año siguiente, después de pasar el invierno. Tardan más tiempo en emitir las flores que las anuales y el catálogo de especies en jardinería es mucho menos extenso.
De nuevo en este caso volvemos a hablar del clima, ya que algunas especies que en lugares con heladas son bianuales, en sitios cálidos pueden vivir varios años convirtiéndose en vivaces o perennes.
Ventajas de las plantas de temporada
• Destacan por su llamativa floración, en todos los colores que da vistosidad con esa chispa de color que tanto agradece nuestro jardín, terraza o balcón.
• Tienes distintos portes que podemos combinar.
• Son económicas.
• Nos permiten rellenar huecos y vestir de inmediato nuevos jardines y terrazas.
• Evitan la monotonía al renovarlas cada año permitiendo cambiar con ellas la estética del jardín con numerosas combinaciones que podemos experimentar, cambiando el colorido en arriates, borduras o macetas.