Cómo podar los rosales dependerá en gran medida del tipo que se trate. Existen rosales arbustivos, de copa, trepadores, paisajísticos y sarmentosos, cada uno de ellos con un comportamiento vegetativo diferente y que requieren prácticas de cultivo y mantenimiento específicas.

Por lo general, en todos los casos, la poda principal debe de realizarse durante el reposo vegetativo, normalmente desde finales de diciembre a mediados de febrero. Dentro de este período y según la climatología reinante, es aconsejable realizarla momentos antes de su brotación cuando ya no existe riesgo de heladas.

El otro tipo de poda es la llamada ‘poda en verde’, que se puede realizar durante el resto del año y va orientada a eliminar flores marchitas, ramas dañadas o de crecimiento no deseado.

También como idea general, en todos los casos (de rosales injertados), eliminaremos los tallos que broten por debajo del punto de injerto ya que se trata de vegetación relacionada con la especie que aporta el sistema radicular y no de la variedad ornamental que deseamos disfrutar.

Poda de rosales arbustivos

Ya sean de porte arbustivos bajo o de tallo alto, se podan muy poco durante el primer o segundo año, con objeto de observar y tutelar su desarrollo, a la vez de permitir el afianzamiento del rosal en el terreno.

Durante este tiempo, se deben dejar sólo tres o cuatro ramas formando el esqueleto estructural del rosal, únicamente podando durante el primer año aquellas ramas muy ahiladas, eliminando algo del follaje central si es muy denso, así como las flores ya pasadas.

En este tipo de rosal, sus flores sólo nacen de los tallos que se hayan producido en el año.

Poda de rosales de copa

La poda en los rosales de copa tiene como objetivo el de mantener su ‘forma de arbolito’ con copa redondeada. Los tres primeros años se mantendrá una poda muy corta dejando solamente dos brotes como base estructural, aumentando uno más cada año siguiente.

Como en los rosales arbustivos, emiten tallos en la base y tronco que corresponden al porta injertos, estos deben ser eliminados nada más broten las yemas.

Poda en rosales trepadores

Solamente se podan cuando las ramas se presentan muy entrelazadas, además de aquellas que ya se encuentren secas o que invadan zonas indeseadas.

En general es conveniente dejar que se desarrollen libremente ya que esto forma parte de la ‘estética libre’ de este tipo de rosal.

Poda de rosales sarmentosos

La poda en los rosales sarmentosos requiere que sea muy cuidada. Las flores salen únicamente de las ramas del mismo año y que proceden de ramas que ya tienen dos años. Por ello se evitará podar las ramas durante el primer año.

Sin embargo, es importante el saber que estas ramas se producen a partir de la mitad superior del tallo, con lo cual, si deseamos que las flores se produzcan a baja altura, tendremos que podar los tallos a la mitad de su longitud desde el primer año, repitiendo la operación al año siguiente y así, a los dos años obtendremos flores desde baja altura.

A partir de aquí, actuar recortando únicamente las puntas cada año… hasta los cuatro años, en que es conveniente podar desde la base de los tallos que soportan las ramas floríferas y de esta forma, permitir la renovación del rosal.

Poda de rosales paisajísticos

Son rosales muy rústicos y utilizados principalmente en jardinería pública. Los vemos en rotondas, en alineación en carreteras, en parques y jardines.

Su poda se centra básicamente durante el reposo invernal y va orientada a reducir su masa foliar para mantenerlos con su forma arbustiva y volumen adecuado año tras año.

No se suelen podar tras sus floraciones (eliminar sus flores marchitas), ya que el color rojizo de sus frutos también forma parte de su valor ornamental.

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